Llegó el fin de año y
hay que hacer balance.
La verdad que ni
siquiera tengo ganas de pensar en todo aquello que he vivido en estos últimos meses,
pero haré un esfuerzo.
Hace días paseando
por Sevilla del brazo de mi amor, una reportera de la 6 paró a una chica
monísima que caminaba junto a nosotros, le preguntaba que si podía explicar en tan solo una frase o una
palabra como había sido este año, la mía me vino en segundos “Una puta mierda”. Si, una verdadera mierda
en general, me pesa más lo negativo y no
he sido capaz de cambiarlo a positivo.
Pocos momentos en el
año he dejado de pensar en los demás para pensar en mi misma, en mi felicidad y
no dejar hueco en mi corazón para ver la
tristeza de cómo se apaga la persona que me dio la vida en una solitaria silla de
una cutre residencia de ancianos, la ira
de como la persona que debería estar con ella durante estos últimos años no ha
pensado en devolverle toda la sometida vida que ha estado a su servidumbre, el
desconsuelo de no poder ayudar más a
cambiar el rumbo de las cosas, no poder alzar la voz y ser escuchada. He permitido que mi corazón esté en
tinieblas, oscuro y sombrío. Mis rasgos han cambiado a huraña y está deshidratada de tanto derramar
lágrimas que solo anegan al corazón de los que me rodean, de los que día a día
están a mi lado animándome y alegrándome cada minuto que pasa e intentan que no piense en ello, pero aun así va dentro de mí
y no puedo evitarlo.
Quizás haciendo un
esfuerzo en mi nublada memoria de tanta tristeza, me quedo con las sonrisa de
mi hijo cuando me mira y me dice q él nunca consentirá que me quede sola, el
estará siempre a mi lado, yo le toco la cara y le doy las gracias mientras mis lágrimas
recorren el rumbo que ya saben.
Me quedo con la
mirada transparente y limpia de mi esposo, que me mira indefenso ante mi
situación y sin palabras me lo dice todo
, calla y sigue el camino a mi lado sin soltarme para q no me caiga.
También con el tiempo
que paso con mis amigas que me recargan
las pilas y veo la vida mucho más esperanzadora a su lado, con nuestras risas,
nuestras confidencias, escucharlas me rejuvenece al ver el frescor y la
espontaneidad que poseen.
Y con las horas de
kilómetros andando en compañía, durante los cuales he aprendido a enfadarme en
segundos y pasar a la risa al instante, a alimentar el alma y escarparme de la
rutina. A saber que siempre hay unas
“Buenas noches“en la distancia y una mano tendida desde su corazón al mío.
Me quedo también con
las charlas alrededor de una copa, con los silencios sin miradas, con los roces de
piel sin intenciones, las sonrisas en la distancia, los momentos cuando patito se desdobla, los regalos inesperados, los besos nocturnos, las fotos de mis bebes, la emoción
del soldado q regresa de su misión, los abrazos cuando me reconoce, los ramos de novia compartidos, con el consuelo de los míos, las salidas fotográficas, las risas que ella me regala cuando la tengo en brazos, la complicidad de
unos ojos negros, con los viajes de risas
y de pasión, las visitas esporádicas de wenorra, me quedo con la espera en una habitación del hospital, con los vinitos en la Ribera y con las verdes del bar el litri, con las
fotos submarinas, con los yugokins, con el calor de tu piel al anochecer y tu olor
en la almohada al amanecer, con la voz y la música de radio Aruba, ……
Después de toda esta
reflexión me doy cuenta de que mi vida pasa y no soy dueña total de ella, es mi vida y solo pueda vivirla una vez, pero
se me escapa entre los dedos, los años pasan y mi cuerpo se resiente, debo
vivir intensamente, por ahora aún
tengo recuerdos y puedo volver a ellos, pero quien sabe si en unos años mi
memoria se vuelve débil y ya no podré hacerlo por mí misma.
Este año mi propósito
es vivir, solo eso, vivir y vivir mi vida pensando en mí, en ser feliz y sacar
de lo malo una lección positiva y de lo bueno el disfrute y satisfacción
duradera. Solo tengo una vida, y voy a a provecharla junto a los que me
quieren y lo más importante, junto a los que yo realmente he decidido que formen parte
de ella.
¿Y tú? ¿Hiciste reflexión ya?... yo sí, y creo q esta vez acerté.
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