jueves, 31 de diciembre de 2015

El año acaba... 2015

 Llegó el fin de año y hay que hacer balance.


 La verdad que ni siquiera tengo ganas de pensar en todo aquello que he vivido en estos últimos meses, pero haré un esfuerzo.


 Hace días paseando por Sevilla del brazo de mi amor, una reportera de la 6 paró a una chica monísima que caminaba junto a nosotros, le preguntaba que si  podía explicar en tan solo una frase o una palabra como había sido este año, la mía me vino en segundos  “Una puta mierda”. Si, una verdadera mierda en general, me pesa más  lo negativo y no he sido capaz de cambiarlo a positivo.

 Pocos momentos en el año he dejado de pensar en los demás para pensar en mi misma, en mi felicidad y no dejar hueco en mi corazón para ver  la tristeza de cómo se apaga la persona que me dio la vida en una solitaria silla de una cutre residencia de ancianos,  la ira de como la persona que debería estar con ella durante estos últimos años no ha pensado en devolverle toda la sometida vida que ha estado a su servidumbre, el desconsuelo de  no poder ayudar más a cambiar el rumbo de las cosas, no poder alzar la voz y ser escuchada.  He permitido que mi corazón esté en tinieblas, oscuro y sombrío. Mis rasgos han cambiado a  huraña y está deshidratada de tanto derramar lágrimas que solo anegan al corazón de los que me rodean, de los que día a día están a mi lado animándome y alegrándome cada minuto que pasa e intentan que  no piense en ello, pero aun así va dentro de mí y no puedo evitarlo.


 Quizás haciendo un esfuerzo en mi nublada memoria de tanta tristeza, me quedo con las sonrisa de mi hijo cuando me mira y me dice q él nunca consentirá que me quede sola, el estará siempre a mi lado, yo le toco la cara y le doy las gracias mientras mis lágrimas recorren el rumbo que ya saben.


 Me quedo con la mirada transparente y limpia de mi esposo, que me mira indefenso ante mi situación y sin palabras  me lo dice todo , calla y sigue el camino a mi lado sin soltarme para q no me caiga.


 También con el tiempo que paso con mis amigas que  me recargan las pilas y veo la vida mucho más esperanzadora a su lado, con nuestras risas, nuestras  confidencias, escucharlas  me rejuvenece al ver el frescor y la espontaneidad que poseen.


 Y con las horas de kilómetros andando en compañía, durante los cuales he aprendido a enfadarme en segundos y pasar a la risa al instante,  a alimentar el alma y escarparme de la rutina.  A saber que siempre hay unas “Buenas noches“en la distancia y una mano tendida desde su corazón al mío.


 Me quedo también con las charlas alrededor de una copa, con los silencios sin miradas, con los roces de piel sin intenciones,  las sonrisas en la distancia,  los momentos cuando  patito se desdobla,  los regalos inesperados,  los besos nocturnos,  las fotos de mis bebes,   la emoción  del soldado q regresa de su misión,  los abrazos cuando me reconoce,  los ramos de novia compartidos, con el consuelo de los míos, las salidas fotográficas, las risas que ella me regala cuando la tengo en brazos,  la complicidad de unos ojos negros, con los  viajes de risas y de pasión, las visitas esporádicas de wenorra,  me quedo con  la espera en una habitación del hospital, con los vinitos en la Ribera y   con  las verdes del bar el litri,  con las fotos submarinas, con  los yugokins,  con el calor de tu piel al anochecer y tu olor en la almohada al amanecer,  con la voz  y la música de radio Aruba, ……


 Después de toda esta reflexión me doy cuenta de que mi vida pasa y no soy dueña total de ella,  es mi vida y solo pueda vivirla una vez, pero se me escapa entre los dedos, los años pasan y mi cuerpo se resiente, debo vivir intensamente, por ahora aún tengo recuerdos y puedo volver a ellos, pero quien sabe si en unos años mi memoria se vuelve débil y ya no podré hacerlo por mí misma.

 Este año mi propósito es vivir, solo eso, vivir y vivir mi vida pensando en mí, en ser feliz y sacar de lo malo una lección positiva y de lo bueno el disfrute y satisfacción duradera. Solo tengo una vida, y voy a a provecharla junto a los que me quieren  y lo más importante, junto  a los que yo realmente he decidido que formen parte de ella.

                          ¿Y tú? ¿Hiciste reflexión ya?... yo sí, y creo q esta vez acerté.




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