Cada minuto que pasa de mi vida es un momento para fotografiar,
veo fotos en la sala de espera de un hospital, en una sombra o en un escaparate.
Y la mayoría de las veces no llevo mi cámara encima, sino otro dispositivo que también tiene integrado
un sistema para capturar fotos, mi smartphone.
Es pensar en volver con la cámara y perder ese instante o sacar el móvil
y llevarte la foto. Y como siempre llevo el móvil a todos lados pues hago la foto y me la llevo.
Existen en el mercado app gratuitas que permiten retocar y
dar algún efecto resultón a las tomas, así que también me hago eco de las
mismas y las edito.
Por ultimo las comparto en Instagram, una red social donde
se ubican millones de fotos de muchas personas que, al igual que yo, llevan un móvil
siempre con carga suficiente en la batería y espacio en su micro Sd.
Desde hace un año he comprendido que la fotografía
ya no está creada solo para los profesionales ni aficionados, todo el mundo se siente “fotógrafo”
cuando se tiene una cámara entre las manos. Y hoy por hoy todo el mundo lleva
una en el bolsillo.
Si miramos a nuestro alrededor veremos muchas de esas
personas tomando fotos y compartiéndolas en sus redes sociales. Yo me encuentro
entre ellas. Y lo realmente curioso, es que cada día me gusta más.
Nota: Foto realizada con mi Samsung S3
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