Arranca septiembre y se hace inevitable
que en la cabeza de todos suene con pausada cadencia aquello de “el final del
verano…”. La canción del Dúo Dinámico es la banda sonora que marca el impasse entre las vacaciones y la vuelta a la
rutina, una transición que puede atragantársele a más de uno. La conocida como
depresión post vacacional -un indigesto cóctel de ansiedad, cansancio y
tristeza- afecta a en torno a un 30% de los trabajadores españoles. Sin
embargo, la reincorporación al trabajo puede ser menos tediosa si se siguen
algunos sencillos consejos:
Puesta a punto.
Las vacaciones suelen ser sinónimo de excesos. Hay que aprovechar la vuelta
a la rutina para volver a cuidarse y para hacer cosas que nos hagan sentir bien
con nosotros mismos. Además de para liberar tensiones, hacer deporte acarrea la
liberación de endorfinas y otras hormonas que provocan placer y felicidad, algo
de lo que necesitaremos un chute extra. Lo que comemos también tiene efecto en
nuestro ánimo. Las vitaminas que aportan alimentos como las fruta, los
vegetales y las legumbres nos harán sentirnos más fuertes.
A por todas.
Los días de descanso deben servir para coger el impulso necesario para
volver al trabajo con ganas, para fijarse nuevas metas y retos. Una parte de
nosotros estará impaciente por ponerse manos a la obra, por aprender, por
superarse y por progresar.
Planes a corto plazo.
Es normal que cuando uno vuelve a encender el ordenador tras varias semanas
de parón tenga la tentación de ponerse a buscar paquetes vacacionales para el
verano que viene. Mejor que eso es pensar en el próximo fin de semana,
generarnos expectativas que podamos satisfacer a corto plazo y que nos generen
bienestar: una escapada, una ruta de tapas, una comilona en casa entre amigos…
Es bienvenido cualquier plan que te permita desconectar y sacar partido a tu
tiempo libre.
Ir aclimatándose.
Pasar de levantarse cuando el cuerpo lo pide a guiarse por el sonido de la
alarma es quizás uno de los cambios más doloroso que experimentamos en
septiembre. Por eso es preferible comenzar a tirar de despertador unos días
antes de reincorporarse al trabajo para ir adaptándose a los horarios. Y, una
vez que ya se esté trabajando, conviene poner el despertador unos 10 minutos
antes de la hora a la que nos despertamos habitualmente para tener un pequeño
margen para hacer las cosas con calma.
Sé positivo.
Utiliza el recuerdo de tus vacaciones como un refuerzo positivo, algo que
pudiste permitirte gracias a tu trabajo y a tu esfuerzo. No dejes que se
convierta en un lastre, en un recuerdo nostálgico que te impida disfrutar de
las pequeñas cosas de tu día a día e intenta no quejarte de manera frecuente o,
de lo contrario, entrarás en una espiral de negatividad que no te servirá para
nada.
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