El pasado domingo 21 estuvimos en La Rambla gracias a la Organización de Turismo y al proyecto Ceramitur. Participamos en el rally fotográfico sobre la cerámica artesanal y fue una experiencia preciosa. Paseamos por sus calles cámara en mano, descubriendo rincones que a veces pasan desapercibidos, y la verdad es que nos sorprendió la cantidad de detalles de cerámica que adornan el pueblo: vasijas, faroles, bancos, fuentes… parecía que todo alrededor estaba vestido con esa tradición tan suya.
Pero lo mejor, sin duda, fue la gente. En cada esquina nos encontramos con sonrisas, con un “buenos días” amable, con esa hospitalidad que hace que te sientas como en casa.
Al final, más que un rally fotográfico, fue una forma de aprender a mirar de otra manera y de valorar la belleza de La Rambla, no solo en
su cerámica, sino también en su historia y en su gente.