sábado, 1 de junio de 2024

Hoy visitamos la antigua Facultad de Filosofía y Letras de Córdoba

   


Hoy visitamos la antigua Facultad de Filosofía y Letras de Córdoba, que en el siglo XIX funcionó como hospital de agudos.


El edificio tiene una historia interesante que comienza en 1701, cuando el cardenal Fray Pedro de Salazar y Toledo, de la Orden de la Merced, lo compró a don Antonio Carlos del Corral. Su intención era establecer un colegio para niños del coro de la  Catedral, ubicado frente al Convento de San Pedro de Alcántara.Sin embargo, la peste negra obligó a detener la construcción y a transformar el lugar en un hospital para atender a los numerosos enfermos. Los ciudadanos, reunidos en el Cabildo, pidieron a Salazar que destinara el edificio a la atención sanitaria, dada la gravedad de la epidemia. Así, la casa se convirtió en un hospital.



Si alguna vez pasas por su estancia y ves viejas firmas iniciales en las ventanas, marcadas por el paso del tiempo, y escuchas un sonido metálico, apresúrate a ver si estás cerca del aula que conserva el recuerdo del pasado, con raíles que llevaban cuerpos sin vida a la morgue. Si en esa habitación sientes una bocanada de frío, reza y acepta que lo paranormal podría estar presente. 




Mientras todo esto sucede en la facultad, sus alumnos continúan con sus estudios, enfocados en sus libros y clases, ignorando los rumores y leyendas que envuelven el lugar. La vida académica sigue su curso, con estudiantes que llenan las aulas y pasillos, dedicados a alcanzar sus metas y a construir su futuro, sin dejarse distraer por las historias del pasado.





¿Quién sabe si todo esto es verdad? ¿Realmente aparecen, o es solo una sugestión colectiva? Vemos reflejos, señales, sombras que se mueven, olores; todo parece real. Estamos rodeados de misterios. La facultad siempre está llena de ruido, y cada vez que pasamos sus muros, esos detalles nos envuelven. Son ciclos de historia que se repiten, ecos de un pasado que aún resuena en los rincones de este antiguo edificio. Tal vez sean solo leyendas, pero la sensación de lo inexplicable persiste, alimentando nuestra curiosidad y temor.







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